EL AMIGO DE MI HIJO (3)
Eran ya las 11 de la mañana, Robert se estaba levantando, me movía con cuidado para no despertarme, fue un gesto muy lindo de su parte, se dirigía al baño, no tardó, salió y pensé que se iría pero mi sorpresa fue cuñado regreso y se metió en la cama conmigo nuevamente.
-Buenos días- Dije con un sonrisa acercándome a él.
-De maravilla, y tu? –
-Genial- Respondió con una sonrisa
-No le robe espacio? –
-Para nada, por? –
-Bueno… tener a alguien durmiendo en la misma cama… no se, creí que sería raro o incómodo—respondió algo tímido.
-Como? Nunca has dormido con una chica? – pregunte curiosa.
-De echo no, es la primera vez. – acepto apenado
-Y te fue incómodo? –
-para nada, fue maravilloso- la sonrisa volvió a su rostro.
Me acerco a el y el extendió su brazo y me abrazo mientras mi rostro estaba sobre su pecho. Parecíamos una pareja de novios.
-Deberíamos levantarnos, podría llegar Carl en cualquier momento
-No te preocupes, no llegará hoy-
-Como lo sabe? –
-Porque me levante antes al baño y tenía un mensaje de el y me dijo qué no llegarían hoy, aun no están libres las carreteras, si bien podrían llegarían ya en la noche pero que más seguro sería mañana si no había algún contratiempo-
-Oh… ósea que tenemos todo el día libre-
-Si—respondí. Voltee a verlo a los ojos mientras lo besaba – Tenemos mucho tiempo libre para nosotros.- y continúe besándolo
Poco a poco los besos aumentaron de intensidad, y al poco tiempo estábamos devorando no el uno al otro, entrelazados nuestro cuerpos, podía sentir su firmeza como la noche anterior, pero ahora, el estaba más centrado en acaríciame y hacerme disfrutar.
-Creo que de veríamos desayunar algo- Le dije con voz entrecortada separando me de el -ayer no cenamos nada-
-Podría esperar un poco más el desayuno- respondió acercándose a mi y besándome el cuello.
Dios, tenía tantas ganas de volver a estar con él, pero debía comer algo pues el hambre me estaba matando.
-Después de comer….-
-Lo prometes? – me dijo el aun besándome el cuerpo.
Yo solo me dejaba hacer, me sentía en la gloria, no quería parar.
-Lo prometes? – volvió a preguntar.
-Si, Si… Lo prometo respondí finalmente.
El se apartó de mi, yo busque mi ropa interior y me la puse y fui en busca de una bata y baje a hacer el desayuno. Al poco rato bajo Robert, tenía solo un pantalón de pijama y una playera.
-Qué bien huele – dijo mientras me abrazaba por atrás. – Qué está cocinando? – me beso el cuello.
-Gracias, son huevos con tocino, espero que te gusten? –
-Seguro que todo lo que usted cocine esta delicioso. –
-Oye solo una le dije girando me para quedar de frente a el.
-Que cosa? –
– No me hables de usted, después de lo que paso anoche creo que ese está de más entre nosotros
-Bueno si, pero… no se… -
-Por dios Robbie, acabamos de pasar la noche juntos y te da pena tutearme? –
-No es pena, pero, es la madre d mi mejor amigo, no podría hablarle de tu así como así.-
-Bueno…. En ese caso… No podría haber ya nada más entre nosotros, digo, como soy la madre de tu mejor amigo y, no creo que la gente se acueste con las madres de sus amigo o si? –
Mis palabras le llegaron fuerte, se quedo helado mirándome fijamente unos segundos, cuando finalmente se movió, se acercó a mi y me tomo de la cintura.
-Entonces, tendré que tutearte, Ana- Me dijo al oído.
Escucharlo decir mi nombre me doblego ante el. Esa voz ronca y varonil… me encanto, simplemente me encanto oírlo.
-Así si serás mía verdad? – me dijo mirándome a escasos centímetros de mi cara.
-Si… - atiné a decirle.
-Si que? – pregunto – Dilo-
-Soy Tuya.- dije en voz baja.
-Dilo más fuerte. – me pidió
-Soy tuya- dije un poco más fuerte.
-Dilo bien me dijo de manera firme.
Me encantó verlo así, tomando el control
-SOY TUYA…. Dije asando la voz abrazándolo. – Soy toda tuya Robert.-
Me levanto y me sentó en la mesa de la cocina mientras nos besábamos, inconscientemente separe las piernas para pegarlo a mi mientras me quitaba la bata liberada mis pecho para jugar con ellos. Robert continuó así, besándome, los pechos, el cuello, los hombros, la boca, tocándome las piernas causando me sensaciones únicas que jamas había sentido.
-Oh Robert… por favor… hazme tuya… - le pedí con vox entre cortada
-El continuaba con sus caricias y sus besos mientras yo ardía de deseo por sentirlo dentro de mi, las ganas se apoderaban de mi, deseaba tener a ese hombre en mi pero ya.
-Robert… por favor… hazme tuya…. Por… favor- le pedí casi en una súplica.
El tomo mi ropa interior y de un tirón me la quito, y bajo sus pantalones quedando ambos completamente desnudos, el de pie frente a mi y yo, sobre la mesa expuesta frente a el. Se acercó a mi y continuó con su juego de besos y caricias pero esta vez rozando la punta de su miembro en mi vulva lo que me hacia estremecer, el rose era cada vez mas intenso, lo movía e arriba para abajo, yo gemía por la situación, deseaba que entrara de una vez, me estaba torturando.
-Robert.. Por favor, te lo pido…. Entra en mi… -
-Porque? –
- Porque, que?
-Porque me quieres dentro? –
Hay por dios Robert…. Te necesito en mi,… quiero que me hagas tuya…. TE DESEO CARAJO… - Dije a modo de súplica.
Tras decirle eso Robert entro de un solo golpe, dentro de mi, provocándome un ligero chillido. Se quedo inmóvil unos momentos mientras yo disfrutaba sentirlo dentro, me gustaba sentirme llena de él, estábamos abrazados
-Gracias le dije con voz casi inaudible
-Es verdad? – Me pregunto.
-Qué cosa? – pregunte sin saber a que se refería.
-Lo que dijiste-
-De que? –
-Qué me deseas? –
Dios mío, que me estaba pasando?, De verdad le había dicho que lo deseaba?, de donde había yo sacado eso? Como el me había dicho, siempre me había sido la madre de su amigo, lo mismo el para mi siempre había sido el amigo de mi hijo y solo eso aunque, debía ser honesta, varias veces el había ido a nadar a la casa y lo había visto como su cuerpo cambiaba de un niño al de un hombre. Habría sido eso? No lo se ni quería saberlo en ese momento, solo quería disfrutar del momento.
-Dímelo Ana, es verdad que me deseas? – volvió a preguntar en mi oído con esa voz ronca qué me gustaba.
-Si… si lo es… - respondí finalmente - Te deseo Robert
-De que manera me deseas?
La pregunta me tomo por sorpresa, qué debía responderle? Hablaba enserio o era producto del momento? El comenzó a jugar con mis pezones y la sensaciones me trajo de regreso al mundo real, sacándome de mis pensamientos.
-De todas formas Robert-
- dijo mientras comenzamos a moverse al tiempo que pasaba su lengua por mi lóbulo.
-De cualquier forma…. Como hombre… amante… - Dije entre gemí dos-por favor, hazme tuya, hazme tu mujer,-
-Mi mujer? – pregunto deteniéndose un momento Quieres ser mi mujer? –
-Siii, Si quiero, quiero se tuya, quiero ser tu mujer ser tuya y solo tuya - respondí agitada
Esto pareció excitarlo pues comenzó a moverse de forma violenta a un ritmo que no creí posible arrancándome, no gemidos, gritos de placer, mientras mi zona expulsaba ríos de interminable fluido. Nuestros cuerpos chocaba frenéticamente, solo se escuchaba el sonido acuoso de mi fluido al chocar nuestros cuerpos.
-Oh si Rob… si así… por favor sigue.. – Le gritaba
-Así le gusta a mi mujer? – dijo haciendo énfasis en “mi mujer”
-Si así… así mi amor… así dame más…
-Entonces… eres mía?... Eres… mi… mujer?--- ahora serás mi mujer? - Dijo entre jadeos
-Si… soy tuya… seré tu mujer de ahora en adelante…- Le gritaba de placer.
Robert aceleró un poco más los movimientos y me pego a el cuando comencé a sentir que su miembro crecía, sabía lo que venía, estaba a punto de terminar, y en efecto lo hizo, comencé a sentir como terminaba dentro de mi, sentía los disparos de líquido caliente en mi interior, uno tras otro, potentes, disparados directo a mis entrañas, constantemente disparaba abundantes chorritos mientras yo apretaba mi vuelva lo que pareció gustarle. Así estuvimos hasta qué el finalmente descargo todo dentro de mi.
Terminamos agitados, cansados, sudados pero felices de lo que habíamos echo, nos besamos tiernamente y nos abrazamos,. Cuando finalmente nos separamos la esa estaba bañada en mis fluidos las piernas me temblaban un poco, así que indique que debíamos comer algo urgentemente y el acepto, el desayuno aun se encontraba tibio, así que lo tomamos y subimos a la habitación para desayunar.
Cuando terminamos nos acostamos un momento a descansar, el me volvió a abrazar y yo solo me relaje cuando lo escuche hablar
-Entonces, ahora eres mi mujer? – dijo en tono divertido.
Que debía yo responderle? Me sentía a gusto con el muchacho, estaba feliz, pero, acaso era ese sentimiento de amor de secundaria? yo no estaba ya para esas cosas. Lo pensé unos momentos y solo atiné a responderle
-Si tu quieres si-
-Yo si quiero-
-Entonces pídemelo-
-Que cosa? –
-Que sea tuya?
Ok… Ana… quieres ser mi mujer? –
Voltee a verlo y con una enorme sonrisa le respondí
-Si, si quiero ser tu mujer-y me acerca a besarlo.
Nos acomodamos y nos quedamos así por un largo tiempo, ya nada me importaba, estaba disfrutando de ese instante que pasaría después? No lo se, y no quería saberlo, solo quería durar así más tiempo lo que si sabía es que esto continuaría y sin darnos cuenta nos quedamos dormidos.
Comentarios
Publicar un comentario